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Comprender, borrar, decir
Comprender
La Fabrique ha roto mis esquemas en cuanto a la idea que traía sobre el trabajo de traducción. Hasta ahora, mi experiencia se había limitado a un puñado de novelas juveniles traducidas en la más estricta soledad, comme il faut. Desde que llegué a La Fabrique he aprendido una nueva forma de traducir, excepcional y diferente, que ya mencionaba Sol en otro post: el binomio y el «multinomio». Confieso que al principio me costó un poco: ¿pero el traductor –la traductora–no era alguien que trabajaba en solitario y él –ella– se las veía y se las apañaba con su texto? Por eso, mi primer aprendizaje ha sido comprender y experimentar otra forma de trabajar, que resulta que me gusta, quizás también porque no está impuesta, es flexible y cada cual la adapta a su momento del día o a la traducción de su texto. Sentada en la biblioteca del Espace Van Gogh veo a mis compañeros trabajar y pienso que es la primera vez que observo a un grupo de traductores en train de traduire: Sol deja el libro original a la izquierda del ordenador y lo mira de reojo; Pablo lo coloca delante del ordenador, justo después del teclado, tiene que alargar los brazos; Lucie también tiene el libro a la izquierda del ordenador, pero ha puesto encima una libreta para allanarlo… solo yo trabajo con atril (otro esquema que se me ha roto).
Borrar
Lectura y relectura: traducir, revisar con los compañeros, volver a leer, revisar con los tutores, leer otra vez, ir haciendo camino hasta dar la página por cerrada. Borrar lo escrito, borrar los prejuicios, borrar el miedo. Aprieto la goma muy fuerte contra el papel.
Decir
En la mesilla, sobre la couette o encima de la mesa de la cocina hay más libros: los que estamos leyendo a ratitos, muchos por la noche.
Lucie acaba de terminar Salammbô; le ha gustado, aunque le ha decepcionado un poco el final que, dice, se resuelve demasiado rápido. Lo ha leído en su e-book.
Sol está leyendo Féerie Générale. Hoy he visto que ya lleva más de la mitad, lo debe de estar disfrutando.
Por mi parte, he descubierto a Maurice Heine y su Luce ou les mémoires d’un veuf, este descubridor y defensor del Marqués de Sade aún no ha sido traducido al castellano, interesante…
Libros, editoriales, librerías, autores (franceses, bolivianos, argentinos)…, es buena parte de lo que nos decimos entre página y página traducida, entre platos de sopa o de pasta.
Marta Cabanillas